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Comentario: Algo sobre las politicas agricolas en Cuba

Por Ramón Avalos Rodríguez

 Hasta la fecha las políticas agrícolas aplicadas en Cuba han padecido determinados males, presentes en todos los sistemas implementados para comercializar los productos de ese sector, el cumplimiento de los contratos y el establecimiento de precios, por solo citar algunas aristas de este complicado panorama.

 Llegó el momento de solucionarlos, por eso tienen un espacio importante en los lineamientos que serán aprobados en el Sexto Congreso del Partido. No se puede esperar mucho más tiempo para buscar los modelos más productivos  y eficientes, pues los que hasta este momento se han implementado no han demostrado totalmente eso, por muchas cosas entre las que está la tendencia del olvido al funcionamiento de las leyes de la economía y administrar con sentido filantrópico.

 Están presente no pocas mentes que se nieguen a transformar el entorno agrario cubano. El modelo económico implica transformar la estructura agraria del país, haciendo cosas que estimulen a los productores agrícolas, romper intermediarios que, más que ayudar, se convierten en parásitos y los inventos sobran para ahogar al otro.

 El modelo también conlleva eliminar muchas trabas objetivas y subjetivas. Yo diría que las mayores están en el pensamiento de muchos directivos y personas que no entienden y nunca entenderán la necesidad de desatar nudos en el desarrollo de las fuerzas productivas en el sector. Algo sobre lo cual Fidel y Raúl han insistido en reiteradas veces. 

 Muchas veces el mundo agropecuario cubano se mueve  en una compleja tela de araña presionada por mecanismos arcaicos, imposiciones, restricciones y otras que desmotivan a los productores, eso que está sucediendo no hace poco.

 Y no estamos abogando por el libre albedrío  o el libertinaje, muy lejos de eso quienes puedan pensar así, que sabemos que los hay. Abogamos porque haya producción que será más alimentos para el pueblo y a veces todo se oscurece tras grandes informes y plenarias, alejada no pocas veces de la práctica productiva. Buenos discursos y nada más.

 Sin lugar a dudas,  este constituye una tensión más por la que transita la economía del país y que dificulta las cadenas productivas y el tiempo no espera mucho más para su solución. Estamos en el momento justo.

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