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Un reto que debemos asumir ahora o nunca: reorganizar hombres, empleo y productividad.

 Por Ramón Avalos Rodríguez

    En la esencia de la actualización del modelo económico cubano está  romper con viejas ataduras que frenan desde hace un buen tiempo el desempeño de tres importantes factores que precisan el papel del trabajo: hombres, empleo y productividad

    Hacia ahí está encaminado el proceso de reordenamiento calificado de traumático, muy doloroso, complejo y difícil. En verdad es así, pues se trata de cambiar estereotipos dirigidos a racionalizar el uso de los recursos humanos y materiales y elevar la eficiencia productiva.

    Modificar  la estructura del empleo  y perfeccionar los métodos en la organización del trabajo constituyen momentos de un proceso que ahora exige  mucha atención, sin apuros y tratando de que nadie quede desamparado, algo también bastante complicado para una economía donde la oferta está por debajo de la demanda.

    No es nada nuevo el hecho de  ocupar en cada lugar los hombres en la cantidad necesaria, que aporten. Se trata de hallar una solución a un problema de desaprovechamiento de  reservas incalculables que mucho daño ha ocasionado a la economía cubana durante este proceso de transición al socialismo.

 Tampoco es fácil de entender luego de  medio siglo pensando  que  Villa Clara y  Cuba gozaban del  pleno empleo, cuando no era así, ocultándolo con un alto subempleo o las mal llamadas plantillas infladas.

 Eso es lo que se está ordenando con el actual proceso denominado de disponibilidad laboral, no exento de incomprensiones y falta de preparación de las condiciones exigidas para que se entienda como una necesidad impostergable para elevar los aportes en la creación de las riquezas que el país necesita.

 No puede avanzar una sociedad donde el aporte productivo sea cada vez menor, pues llegado el momento  conllevaría a un colapso ante una  redistribución cada vez  menor de los bienes materiales y los pocos ingresos creados. Eso estaba tras nuestra realidad sin que muchos se percataran y debemos asumir el reto ahora o nunca.

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