Blogia
CubActualidad

¿Dónde está la exigencia y el control ante la quema de caña?

Ramón Avalos Rodríguez

La zafra azucarera 2016- 2017 en Villa Clara se perfila  con buena  perspectiva  y amén de algunos tropiezos  objetivos y subjetivos, muestra  en sus comienzos  un ascenso en los principales indicadores de la eficiencia  agrofabril.

Las condiciones climáticas se muestran  muy favorables, en general con temperaturas frescas, lo cual favorece el contenido de azúcar en la caña, sin embargo, hay quienes aprovechan este  buen comportamiento del tiempo para llevar a cabo acciones que afectan el proceso  industrial y  destruyen la cepa cuando esta apenas comienza su ciclo de cultivo. 

Nos  referimos a la quema de las plantaciones, sobre  lo cual existen  medidas para los infractores. Sin embargo, parece ser que no todo anda bien por estos  días.

Y aún cuando son diversos los argumentos, favorables o no,  que  se asumen para decidir quemar un campo de caña, no se han detenido en valorar su verdadero  impacto  sobre la propia cepa, los suelos y la  eficiencia del proceso  industrial.

 Significa,  que a pesar de la experiencia  y el conocimiento, no existe la  conciencia entre los productores de los perjuicios que provoca la quema de caña sobre el medio como una práctica ambientalmente degradante y destructiva.

 Como una consecuencia de ello están proliferando  incendios en diferentes lugares de la provincia pero con  particular énfasis en la unidad de atención a productores  Ifraín Alfonso de Ranchuelo  y los culpables siguen sueltos con el fósforo  alegre y caliente.

 Ese es uno de los  lados amargos de la caña y a pesar de los análisis la situación continúa elevando su temperatura,  al punto de  que  solo en el municipio de Ranchuelo  se han  visto afectadas  más de cinco mil toneladas de caña  desde que comenzó la zafra hace apenas 15 días.   

 El momento se complica y el SOS se hace más que urgente para evitar que  las  plantaciones sufran la indisciplina de personas que solo piensan en el modo de afectar la buena marcha de la contienda villaclareña.

 Todo parece que el sistema de vigilancia  adolece de insuficiencias, entonces habría que preguntar ¿qué control o medidas para los infractores  existen en esos lugares para impedir que se agudice el problema con la aparición de incendios? ¿Dónde está  la exigencia y la defensa de las unidades productoras  de sus  plantaciones?  

 Todos los cooperativistas tienen que defender su principal patrimonio, la caña, como fuente de bienestar y  sus principales ingresos. Si a la deficiente  atención que a veces recibe una plantación  se adiciona  los incendios, quien sufre es la caña y se agudizaría el principal problema del que adolece  la provincia, como bien se ha dicho muchas veces,  imprescindible para hacer zafras de 150 días.

 

0 comentarios