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Año adverso para la zafra en Villa Clara.

 Por Ramón Avalos Rodríguez

 Luego de  revisar varias fuentes bibliográficas  sobre el desarrollo histórico de las zafras azucareras en nuestro país, descubrimos que en la cosecha  de 1951 el tiempo tuvo un similar comportamiento  por el que actualmente transita esta actividad agrofabril en Villa Clara.

 Desde entonces han pasado 65 años y,  quizás pocas personas que vivieron aquel momento  enfrascados  en el corte de la caña o en la  fabricación de crudo no recuerden  las lluvias ocurridas que afectaron el  desarrollo de aquella campaña y que se repite  en la presente donde  la provincia apenas  ha podido  moler.

 Claro, en aquel pasado triste predominaba el corte y alza manual de la caña, y el tiro en carretas de bueyes y  tractores, mientras que  ahora  más del 96 por ciento en mecanizada, contando con modernas cosechadoras, autobasculantes y  camiones de gran porte.

 Ante esta realidad, entonces se hace necesario enfrentar el mal tiempo con una cara diferente y otras estrategias, a fin de explotar  esas nuevas tecnologías  puestas en manos de los agroazucareros para realizar contiendas en condiciones complejas, como esta que vive actualmente Villa Clara.

Las indicaciones de Orlando García Ramírez, presidente del grupo agroazucarero AZCUBA, son precisas,  moler materia prima que justifique  el uso de las combinadas CASE de goma y montadas en esteras, así como el transporte automotor  que cuenta, además de los camiones ZIL, con  los procedentes de China como los Bein Ben y  Sinotruc, además de los SCANIA del Brasil, entre otros.

 Frente a este encargo, Andrés Durán Fundora, director de la empresa provincial, ratificó la política a seguir para mantener la mayoría de los centrales en activo, y la propuesta de poner  en práctica una estrategia  que posibilite realizar un proceso agroafabril eficiente en medio de las complejas condiciones climáticas.

  Y aún cuando el escenario  climático adverso constituye  un contratiempo para  alcanzar molidas  altas, se precisa  procesar materia prima  en  cada central  al por ciento de explotación de sus capacidades que lo permita la situación real de cada lugar, precisó Durán Fundora.

 Luego de una paralización temporal, reiniciaron sus moliendas  los centrales Ifraín Alfonso, Heriberto Duquesne y Carlos Baliño, mientras en  las próximas jornadas deben hacerlo Panchito Gómez Toro y Héctor Rodríguez.

 Resta por iniciar sus labores José María Pérez, Perucho Figueredo y Abel Santamaría, estas dos últimas plantas que realizarán su prueba de alistamiento para  en cuanto sus suelos los permita comenzar la molienda.

 Esta nómina integrada por nueve ingenios la cerrará el Quintín Banderas  con fecha prevista de  inicio para la primera semana de febrero venidero, tras 10 años paralizado.

 

 

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