Empeñados los azucareros de Villa Clara por elevar su aporte energetico al sistema nacional.

Por Ramón Avalos Rodríguez

 La industria azucarera, es un componente estratégico del desarrollo de las fuentes de energía en la búqueda de soluciones técnico-económicamente viables a las necesidades energéticas.

 En medio de tan importante oportunidad, como la actual,  la generación de electricidad es parte de la diversificación por la que apuesta la industria azucarera villaclareña a partir del uso como combustible de los residuos de la cosecha  para autoabastecer a la fábrica  y aumentar paulatinamente su aporte a la red nacional de distribución.

Y, aunque todas las fábricas laboran por cumplir sus compromisos durante la actual zafra,  el desempeño en la generación eléctrica no marcha por igual en todos, como es el caso del ingenio Héctor Rodríguez que se queda por debajo de lo previsto dado a las bajas molidas de materia prima

 Así declaro Andrés Durán Fundora,  del grupo agroempresarial y ante ese reto insistió en la necesidad de pensar en disminuir la dependencia del petróleo y sus derivados, en momentos cuando el mundo entero padece de una “sed insaciable” por el crudo, desarrollando  diseños encaminado a realizar  una buena gestión energética.

  En ese caso está la refinación de azúcar bajo el principio de cero consumo de full oil. Se destaca la planta Chiquitico Fabregat de la empresa azucarera Heriberto Duquesne de Remedios, la cual opera solo con biomasa durante todo el período de zafra.

 Ello significa inyectar  a la red nacional energía limpia, no contaminante y a precios muchos más baratos que los generados por las plantas existentes en el país, además de no demandar energía del sistema nacional, por tener la posibilidad el sector de ser autosostenible en este rubro.

  Por su parte la refineria Quintín Bandras, ubicada en el municipio de Corralillo, se acerca a sus  índices mínimos tradicionales en el cosumo de combustible, aprovechando también las potencialidades que le brinda los residuos de la actual cosecha de la caña y el bagazo proveniente de la industria.

 Actualmente se ultiman los detalles en la fábrica George Washinton de Santo Dodmingo, la cual tuvo los mayores retrasos con el tema del uso de la biomasa en el proceso de refinación de crudo y se espera que tenga solución en poco tiempo.