El debate que siempre esperamos.
Por Ramón Avalos Rodríguez
El sexto congreso cerrará el debate iniciado desde el primero de diciembre pasado con el objetivo de proyectar el futuro de la sociedad cubana. Vendrá necesariamente un antes y un después.
El antes referido al balance sobre las experiencias dejadas y vividas, lecciones que marcan un momento de la vida en cada ciudadano de nuestro país, amén de las diferencias de opiniones y pensamiento.
El después, significará asumir nuevos retos durante el tránsito en la sociedad que diseñamos por caminos complicados y ello exigirá comprensión, sensatez, audacia y sostén del compromiso con la Patria, la Revolución y el Socialismo.
Será el paso a un estado de cosas surgidas durante los espacios que sirvieron para el intercambio libre, abierto y sin cortapisas con trabajadores, intelectuales, estudiantes, amas de casa, jubilados y todo el pueblo.
La total transparencia ha caracterizado un proceso con sus diferentes matices de ver los problemas sin afectar la unidad en la defensa de la Revolución y el modelo socialista.
Fue una prueba más de democracia socialista en momentos tan difíciles y complejos, donde cada cubano y cubana está presente en los destinos del país.
Pero quedan asignaturas pendientes y temas sin agotar para los cuales aún también hay tiempo al que habrá que continuar dedicándole nuevos espacios de ajustes e instrumentación.
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