Una zafra que se cumplio pero dejo sus experiencias.
Por Ramón Avalos Rodríguez
Villa Clara cumplió la zafra 2010-2011, desde el principio ese fue el compromiso y no hubo decepción.
Reina la alegría y un nuevo semblante recorre los rostros de los azucareros y sus seguidores. Un dulce alegrón, el imprescindible para gratificar la inspiración por nuevos retos y prepararse para la venidera contienda.
La oferta de caña estimada respaldó el cumplimiento del plan, a pesar de los bajos rendimientos agrícolas.
Cuando dentro de unos días suene el pitazo de fin de las operaciones fabriles vendrá el necesario balance. No todas las cosas salieron del todo bien y esas son las experiencias que no deben repetirse.
El comportamiento de los centrales no fue parejo. Un Ifraín Alfonso arrastrando achaques de ancianidad y tropiezos de principio a fin con muchos compromisos acumulados.
Héctor Rodríguez, aunque dentro de unas horas cumple, volvió a mostrar fisuras cuando tiene el mayor peso en la producción de azúcar al portar cerca del 40 por ciento al plan de la provincia.
Abel Santamaría, Heriberto Duquesne y Panchito Gómez Toro dieron primero, pero no sin dejar de reconocer que pasaron por momentos tensos.
La aspiración de cumplir es una realidad, pero también se hizo evidente que no fueron atendidas con igual urgencia todas las reservas, las que incidieron por momentos en un mejor aprovechamiento de las potencialidades productivas, amén de los factores objetivos.
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