Los avatares del tiro de la caña en la actual zafra de Villa Clara
Por Ramón Avalos Rodríguez
Un hecho que refuerza cualquier estrategia en la actual zafra azucarera es el transporte automotor, con el cual no todo ha salido bien en esta contienda de Villa Clara.
Y no es falta de motivación. En cada una de las bases de camiones encargadas del acarreo de la materia prima a los centrales se puede apreciar disposición de hombres y mujeres que allí laboran por cumplir esa parte importante que les toca en una zafra que tiene como principal slogan la eficiencia.
Conspira la situación que a veces enfrentan ante la ausencia de algunos recursos y falta de garantía material.
La intención es incrementar el tiro directo al basculador para ganar en frescura de la caña y obtener un mayor rendimiento de azúcar en el proceso de la molida, garantizando así una mayor explotación de las capacidades fabriles. Pero eso no siempre ha ocurrido así y no son pocas las jornadas en que ese proceso se ha visto afectado precisamente por el estado técnico de los camiones.
En el ánimo de los choferes y los mecánicos no está paralizar un equipo, por el contrario tratar de mantener el mayor número disponible y en esa dirección han realizado una fuerte ofensiva para no comprometer el calendario. Pero la realidad es más fuerte que cualquier esfuerzo.
Un por ciento del tiempo perdido industrial en la zafra actual de Villa Clara está vinculado con los suministradores de la gramínea. Esta actividad no ha tenido el viento a su favor como en otros años.
El efecto al final no será del todo positivo, pues se produce un encarecimiento de la tonelada de caña a transportar.
Hoy día se acumulan no pocas dificultades con el tiro de la caña ante un parque de equipos con más de 20 años de trabajo en los quehaceres azucareros manteniendo en operaciones camiones de las marcas Zil-130 y Kamaz, para los cuales no existen actualmente muchas cosas y funcionan a base de innovaciones en inventivas.
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