Gregorio cumplió cien años

Por Ramón Avalos Rodríguez

   Gregorio Brito  Mastil, nació un 13 de febrero de 1913 en Barlovento, Islas Canarias y a los 11 años llegó a Cuba. Nunca supo del olor de un libro ni una libreta hasta el triunfo de la Revolución cuando fue alfabetizado en  1961.

   Se asentó en las cercanías de Fomento  y  más tarde en la comunidad de Miller a la salida de Santa Clara dedicándose por entero al cultivo del tabaco, integrado a la cooperativa del lugar.

   Y a pesar de su condición de extranjero convirtió a Cuba como su segunda patria a la que siempre ha defendido, llegando a militar en las filas del Partido Comunista.

   Gregorio cumplió 100 años el pasado miércoles y en  su hogar, en el barrio  Santa Catalina aquí en la capital provincial, fue un día de júbilo y de inmenso regocijo para este  centenario hombre que en su carrera amorosa tuvo siete hijos, los cuales han sido progenitores de 14 nietos, 26 bisnietos y  tres tataranietos.

   Un papá y un abuelo muy cariñoso, así lo califican todos, quien erguida y elegante, aún con el peso de un  siglo de vida y los achaques propios de la edad, mantiene su mente muy  lúcida para contar la historia que vivió y feliz  los  cien años  

  A Gregorio pudiera calificarlo como casi el último de los Robin Hood de Barlovento llegado a Cuba  durante el primer tercio del siglo XX, el cual tiene la pretensión de formar parte del club de los 120 años