Los sinsabores de los pecios
Por Ramón Avalos Rodríguez
Con los sinsabores de los precios titulo este comentario, tema que para algunos es como arar en el hielo y a pesar de lo mucho que se dice, en nada modifican su galopante ascenso, provocando con tal comportamiento un fastidio para los bolsillos de las personas.
El tiempo pasa y continúan las loas al incremento de la productividad como fundamento para que se establezca una relación positiva frente al nivel de ingresos por conceptos salariales, además que contribuya a una disminución de las cotizaciones de los bienes y servicios a los cuales todos debemos tener acceso.
Al mirar el nivel actual de los salarios ante el desenfrenado andar de los precios nos percatamos, todos, de una tendencia real a la baja del primero frente al segundo, que en la práctica provoca la llamada devaluación doméstica, es decir, desembolsar mayor cantidad de dinero para adquirir en el mercado los alimentos u otros productos
Y no estamos teorizando ni buscando un culpable, estamos reflexionando sobre la carga que provoca para los bolsillos, principalmente de los trabajadores, el incremento sostenido de los precios por el Estado y el resto de los sujetos económicos que conforman nuestra complicada telaraña productiva y de servicios.
Como siempre hemos dicho, la letra de los Lineamientos aprobados por el Sexto Congreso del Partido, esta más que clara, pero de ahí a la práctica hay una gran distancia y cada acción implementada trae consigo un mayor precio, mientras los bolsillos continúan menguando.
Y aunque puede que muchos no coincidan con estas tesis, el que se diga que el salario medio creció, en nada resuelve el problema cuando en el mercado los precios señorean sin reparo de ningún tipo, los bolsillos cada día están en apuros y sienten como los pocos ingresos que les entran se disuelven como el azúcar en el agua.
Los que nos están escuchando ahora mismo estarán diciendo bajito, esa dicotomía se resuelve con el incremento de la productividad. Eso está muy bien, perfecto, pero en eso llevamos muchos años y al final es como la historia del huevo y la gallina.
Lo cierto es, como alguien dijo una vez, los salarios suben por la escalera y los precios por un elevador moderno.
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