Villa Clara sobrepasó las 100 mil toneladas de azúcar pero .
Por Ramón Avalos Rodríguez
Los agroazucareros de Villa Clara despidieron la tercera semana de febrero por encima de las 109 mil toneladas de crudo, unas 30 mil más que en igual fecha del año anterior, pero también con un atraso que ya rebasa la nueve mil equivalente a cinco días de zafra.
Ante tales perspectivas, se impone a partir de ahora aprovechar el máximo de cada jornada para reducir esa diferencia y tensar las fuerzas a fin de sacarle a marzo, el mejor mes del calendario azucarero, toda la sacarosa para recibir a abril en mejores condiciones con el fin de cumplir el compromiso previsto para la campaña.
Tras 76 días de operaciones también se hace necesario lograr estabilidad en varias direcciones como es la cosecha y el suministro de la caña fresca al central para evitar baches en la cadena productiva.
En ese sentido, merece especial atención el tiempo perdido donde los máximos responsables de las afectaciones en la explotación fabril, que apenas supera el 67 por ciento, está el comportamiento adverso del clima junto a fallas organizativas en el sistema de corte, alza y tiro de la materia prima.
Unos bien y otros regulares, así se mueve por dentro la contienda villaclareña cuado por centrales se trata, pues, aún cuando se consigna el duro batallar en un grupo de colectivos por eliminar atrasos y actualizar sus planes las cosas no les sale bien.
En ese examen está, por ejemplo, la unidad de atención a productores y central José María Pérez, lastrados por un cúmulo de dificultades fabriles y de cosecha que impiden cerrar las brechas de la ineficiencia, acumulando el mayor atraso en la producción de azúcar de la provincia pues hoy le deben al plan más de cuatro mil 500 toneladas.
No se quedan muy detrás las plantas encrucijadenses Abel Santamaría y Perucho Figueredo, con atisbos de recuperación pero con tropiezos seguidos. También acumulan una deuda considerable que sumada entre ambos supera las siete mil 300 toneladas de crudo.
En estos tres ingenios existen condiciones de recuperación, tiempo queda aunque no mucho, pero existen posibilidades reales de un despertar con mayor exigencia y agilidad frente a los problemas de operación fabril y organización de la cosecha junto al tiro. Han tenido jornadas que así lo corroboran
El caso de Heriberto Duquesne la reacción es positiva pero no acaban de cuajar los indicadores de la eficiencia en sentido general y eso les ha creado brechas en la integralidad de la zafra.
Amén de ello, la situación es más favorable en Panchito Gómez Toro, Carlos Baliño, Héctor Rodríguez e Ifraín Alfonso. Allí en esos colectivos se aprecia un mejor desempeño y son los que ganan al plan, concepto por el cual contribuyen a que la provincia no tenga un panorama más complicado.
Según los especialistas de la empresa provincial, las acciones acometidas en tal sentido se traducen en la búsqueda de una mejoría de la cosecha y la molida garantizando una mayor disposición del sistema corte – alza – tiro – industria para que las pérdidas sean menos y, aún con los tropiezos, los agroazuaceros de Villa Clara puedan desterrar la resaca del incumplimiento, aplastar las dificultades y sobreponerse en cada momento a fin de alcanzar la meta suprema de la zafra.
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