Uso de la vinaza: alternativa para crecer en las plantaciones cañeras
Por Ramón Avalos Rodríguez
La vinaza es un líquido residual de los procesos de destilación de alcohol con un alto contenido de potasio muy provechoso para las plantas, además del fósforo y el nitrógeno, y que actualmente se emplea en la irrigación de los sembradíos cañeros en Villa Clara.
Al decir de la Doctora Emma Pineda, experta destacada de la Estación Territorial de Investigaciones de la Caña de Azúcar (ETICA) de Ranchuelo, «a nivel mundial este es un residuo que todos los países que trabajan la caña de azúcar no lo desechan y en Cuba aún cuando se utiliza tiene muchas más potencialidades que explotar para hacer un uso más adecuado del mismo»
Dijo que «En esa perspectiva estamos trabajando en las destilerías Antonio Sánchez de la provincia de Cienfuegos y Heriberto Duquesne de Remedios, donde esta práctica ha sido un éxito y la solución a una problemática relacionada con la contaminación medioambiental dado a la no utilización adecuada del mismo, por lo que de conjunto con el CITMA, Recursos Hidráulicos, la INICA y AZCUBA se ha logrado desde hace dos años un mejor uso del mismo».
«Los actuales resultados del fertirriego a partir de la vinaza avalan la acogida de los productores al ver sus plantaciones crecer ante el beneficio reportado por dicho residual»
De acuerdo al programa, otras destilerías del país se verán favorecidas con esta inversión como las de Melanio Hernández de Sancti Spíritus y Antonio Guiteras de las Tunas, para luego extenderlo a todo el territorio nacional, agregó la investigadora.
Al comentar sobre los resultados ante la aplicación de este residual, la doctora Emma Pineda señaló que hasta la fecha con su puesta en práctica se han cosechado alrededor de 50 campos de caña beneficiados con el mismo y en todos los casos los rendimientos fueron superiores a los estimados.
Es importante precisar que el uso de este residuo, altamente contaminante, constituye una fuente importante para sustituir importaciones, por cuyo concepto el país llega a ahorras en el entorno de 600 dólares por tonelada de fertilizante dejado de comprar.
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