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Confesiones de un fundador de la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE)

Confesiones de un fundador de la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE)

 Por Ramón Avalos Rodríguez

    Wilfredo Verdecia González nació en un lugar tan intrincado de la sierra maestra, en el oriente de Cuba,   que apenas si aparece en el mapa, pero lo cierto es que ante la dura situación en que vivía su familia y sin posibilidad de estudiar optó por incorporarse a la lucha por la libertad e integró la caravana de la Victoria que entró a  La Habana el Primero de Enero de 1959, encabezada por el Comandante en Jefe  Fidel Castro.

    Este hombre de pequeña estatura y pausado hablar, como si estuviera tejiendo las palabras, manifestó que  era muy joven cuando se incorporó a la lucha en las montañas, y cuenta que Fidel al verlo le preguntó sobre  lo que quería ser y le respondió que abogado para defender a los campesinos y entregarles sus tierras.

     Verdecia González cuenta que ante esa respuesta el máximo líder le respondió que  pensara en otro estudio, pues lo que el quería lo resolvería el triunfo de la Revolución, a lo cual él  le contestó  "entonces me haré electricista para ponerle  luz al Pico Turquino", y así fue, en 1968 se graduó como ingeniero eléctrico, rama del saber en la que se ha desempeñado hasta nuestros días.

     Luego de una larga entrevista tratando de conocer un poco de la  vida de este  heraldo del sector eléctrico en Cuba, también comprendimos cuanto sacrificio se esconde en aquella pequeña estatura, que  no se detuvo ante ninguna dificultad, y de analfabeto convertirse en un prestigioso profesional y especialista de la industria eléctrica en nuestro país.

    Transitó, antes y después de ser fundada la ECIE, por diferentes responsabilidades, las que también desempeñó con total responsabilidad, dejando en ese quehacer más de la mitad de  su vida sin pedir nada a cambio.

   Hombre honesto, sincero, valiente, con decoro y sencillez, siempre con la verdad en ristre defendiendo la obra de la Revolución por la cual luchó, además por el mejoramiento del sector eléctrico, en particular.

   Orgulloso, después de casi 70 años sobre sus cansados huesos, así es Wilfredo Verdecia  González, un trabajador incansable, que presta sus servicios aún en la empresa que vio nacer, maestro de varias  generaciones en esta rama  tan importante para el desarrollo económico y social del país. A ella se volvería a dedicar si la vida le diera una segunda oportunidad, confesó.

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